¿Que pasaba? ¿Que queria? Nada, eran ellos, era eso, era la ansiedad. Era el complejo. El concepto humano. Se definiría la lucha entre el bien y el mal, quizás una vez más por qué seria eterno y no habría un fin. Solamente se plasmaba de nuevo en el lienzo histórico, habitable y maleable de la humanidad, la desenfrenada y caótica esperanza de que todo, algún día, cambiaria.
Pero igual todo seguiría corriendo, aunque los dragones y los ángeles alados se enfrentaran en la majestuosa y terrible lucha a través y en el tiempo del humano, el mundo seguiría corriendo.
El tiempo, como siempre fiel enemigo de todas las energías, de las especies, de los mundos, del caos, de la tranquilidad. Nadie lo sabía, nadie lo esperaba, nadie lo podía percibir, solamente sucedería.
Y obvio, nadie lo podría entender, era demasiado fuerte para cualquier mente que estuviera pegada, como todos, a la realidad. La luna y el caos juntos darían a luz el mejor sol de todos los momentos que alguien había esperado. El sol de oriente, venerado y amado, correría a través de un pasaje infinito donde solo la lucha de los guardianes alados lo detendría en una maniobra impecable a través de los astros para detenerlo.
¿Podrías imaginarlo?
El sol, encerrado, preso, y algún espíritu terrible y demoniaco raptándolo de nuestra vista, enfrente de todos y nadie podrá hacer nada, estáticos, aterrorizados, obnubilados por la presencia de ese algo que nadie podía entender, pero que, a ciencia cierta sabían, raptaba el sol. Mientras se iba yendo, no en un acto poético al fin del horizonte, el mundo se arrodillaba ante la presencia inevitable del mar de lo desconocido. Pero el tiempo, daría más tiempo, los ángeles alados vendrían al rescate del sol, cambiarían el movimiento de los delirantes astros, y comenzarían la lucha contra el rapto.
Pero nadie dijo, que seria fácil, por eso la hecatombe afectaría las sensibles estructuras del humano, que lleno de poder, ego y supremacía natural vería como se derrumbarían poco a poco como naipes en la histórica baraja fantástica, así, quedaría por sentado que todo estaba unido a todo, que el tiempo de entenderlo había regresado, que nada parecería ser lo que era, y las voces indomables que se mezclaban a través de los oídos eran zumbidos, quejas, preguntas, gritos y silencios que hacían parecer ese mundo un lugar insoportable.
Aun quizás, habría una oportunidad, por eso el sol, seguía ahí, a la espera, aun poseído por sus tomadores que envuelto en llamas lo habían preparado para que cualquiera que tratara de tocarlo para salvarlo, fuera fulminado en el acto. Pero ahí, seguía a la espera el ejercito de luz, lleno de fuerza, valor y resistencia, contenido por una energía superior, que como siempre, emanaba sabiduría, paz y libertad.
Y nosotros, seguíamos acá, expectantes del resultado. Inherentes a él. Impotentes a él.
El resultado sería el único. Tú lo sabrías. Y ojala, Yo, aun estuviese ahí.

1 comentarios:
la mezcla de estas palabras, me llevan un rato
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